La Infraestructura Enferma
Aparte de consideraciones fisiológicas y partiendo de la raíz latina “infirmitas” que significa “falto de firmeza”, se considera que la palabra Enfermedad significa: “Anormalidad dañosa en el funcionamiento de una institución, colectividad, etc.”. En este escrito se considerará la implantación, la dotación, el mantenimiento y, en fin, el funcionamiento de las obras de infraestructura que afecten a la comunidad.
Asimismo, se utiliza el siguiente significado para la palabra Síntoma: “Indicio o señal de una cosa que está ocurriendo o que va a ocurrir”.
La tesis es entonces que abundan los Síntomas que demuestran que la Infraestructura está Enferma.
La actual temporada invernal lo ha puesto claramente de relieve, pero es una realidad que con anterioridad a tal eventualidad periódica, son muchos los Síntomas que se presentaban para que ocurriera lo que está aconteciendo.
El problema es que no se prestó la atención necesaria y suficiente a la presencia de dichos síntomas, y, en consecuencia, no se ejecutaron las medidas de prevención o remediales necesarias. En otras palabras no se dio el “Tratamiento de la enfermedad o de cualquier otra disfunción”: la Terapia.
La aplicación del término “enfermo”, se ha generalizado últimamente con relación a los numerosos edificios habitacionales multifamiliares que han presentado muchas deficiencias aún desde el mismo proceso de diseño, seguido de numerosas faltas de control por parte de los diversos estamentos comprometidos.
Desgraciadamente los “edificios enfermos” no constituyen casos únicos o aislados, porque tal tipo de deficiencias o “enfermedades”, se presentan en muchos otros casos relacionados con la infraestructura.
Respecto a la movilidad, es claro que en las ciudades se presentan casos graves de “inmovilidad” debido a grandes deficiencias en la planeación urbana que se ha mostrado muy atrasada respecto a las necesidades que eran previsibles, y también, por las malas decisiones como la de limitar la capacidad de algunas vías para dar cabida a soluciones desorientadoras como el “urbanismo táctico” y, las cortoplacistas del “pico y placa”, sin olvidar finalmente a las muy limitadas, por lo relativas, como las ciclovías.
En cuanto a la movilidad hay que considerar también el caso de la conexión que supuestamente deben garantizar las vías inter urbanas y, principalmente, las denominadas como los Caminos Vecinales. En términos generales, se presentan numerosos casos eventuales de aislamiento y desconexión de vastas regiones. En principio estas deficiencias se deben a los criterios inadecuados del pasado de proyectar las vías en forma menos “costosa”, dejando infinidad de zonas en un equilibrio inestable con la esperanza de que “con el tiempo” se estabilizarán y además, la evidente, en muchos casos, falta de mantenimiento. También es preciso considerar que las numerosas fallas de los puentes y viaductos se debe a factores como mala ubicación, obsolescencia y mal mantenimiento.
Los numerosos casos de asentamientos urbanos en zonas de inestabilidad conocida, y su mala ubicación al borde las quebradas y ríos, también son manifestación de la “enfermedad” de la infraestructura. Habría que agregar la precariedad de diversas instalaciones estratégicas como las de suministro de agua potable y las estructuras hidráulicas y redes de acueducto y alcantarillado que tienen serias limitaciones aún desde su concepción y diseño, puesto que: también para evitar que fueran “costosas” se utilizaron parámetros de diseño inadecuados. En estos casos también abundan los casos de mal mantenimiento. Para acabar de ajustar, un porcentaje de las construcciones situadas en esos asentamientos no cumplen con los requisitos mínimos de seguridad, como es el caso de las cubiertas y techos que salen volando ante cualquier ventarrón.
Sin pretender pecar por alarmismo injustificado, es evidente que, permanentemente, se tienen muchos síntomas de la “enfermedad” que afecta a la infraestructura. El problema está, desde el punto de vista de la prospectiva, en la definición y aplicación de la Terapia requerida.
Como es evidente que los profesionales relacionados con la Ingeniería la Arquitectura tienen mucho que ver con la prevención y terapia de estas “enfermedades”, surge también otra inquietud consistente en la siguiente pregunta: ¿Hay también casos de “enfermedad”, con síntomas evidentes, en los procesos de formación de dichos profesionales?
Finalmente, pero de la mayor importancia, hay que considerar que en otros estamentos como los relacionados con la administración de justicia y, el mantenimiento del orden y la seguridad existen, desde hace mucho, síntomas muy claros de que están “enfermos”.