Colombia, la casa de los bosques. Desde la neblina que se enreda en los árboles de los Andes hasta los morichales de la Orinoquía, pasando por las selvas del Chocó y la Amazonía.
Para el 2014, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) estableció que el 51.4% del territorio colombiano está cubierto por bosques naturales, en los cuales habitan aproximadamente 55.000 ejemplares de flora y fauna (1). Sin embargo, las medidas de protección arbóreas deben aumentarse, debido al aumento de las tasas de deforestación. La deforestación nacional aumentó 23% en 2017 con respecto a 2016. Eso equivale a 850 canchas de fútbol al día. El tráfico de madera, la expansión de la frontera agrícola y ganadera, el aumento de la población, la minería ilegal y los incendios forestales son las principales causas de esta problemática. La deforestación y la quema de bosques tienen consecuencias directas sobre el cambio climático
En Colombia se tiene, bosque húmedo tropical, manglares, bosque de niebla, bosque de galería, bosque seco.
Los ecosistemas forestales tienen la capacidad de ayudar de manera decisiva a abordar los impactos del cambio climático no solo absorbiendo los gases de efecto invernadero, sino también creando paisajes. Con la regulación del flujo del agua, con la mejora y el mantenimiento del suelo para la agricultura, y protegiendo tanto las comunidades costeras contra los fenómenos meteorológicos extremos y el aumento del nivel del mar como los corredores migratorios para la flora y la fauna.
Los bosques durante su crecimiento absorben el CO2 de la atmósfera y lo convierten en carbono que se almacena en su tronco, raíces y hojas. Adicionalmente queda carbono almacenado en el suelo, en la materia orgánica a ras del suelo (hojarasca) y en los árboles muertos.
Este proceso en el que los bosques capturan carbono de la atmósfera contribuye a la mitigación del cambio climático. Un bosque que crece está catalogado como un sumidero de carbono.
Sin embargo con la destrucción de un bosque o su degradación se libera hacia la atmósfera el carbono que alguna vez fue almacenado, contribuyendo a agravar el problema del cambio climático. Se estima a nivel mundial que el cambio de uso de suelo es una de las fuentes más importantes de GEI.
Mejorar la gestión de los bosques ofrece oportunidades para reducir la vulnerabilidad actual y futura al cambio climático, avanzando al mismo tiempo en los objetivos de mitigación y adaptación.
Brindar herramientas que posibiliten la concreción de proyectos forestales como estrategia de mitigación y adaptación al cambio climático.
Propiciaremos conocimiento y oportunidades para la toma de decisiones que permitan al sector forestal ser un eje fundamental de la estrategia de mitigación y adaptación al cambio climático, de la protección de la biodiversidad y de la reactivación económica del país.